3 tipos de naves industriales, ¡elige la correcta de acuerdo a lo que necesitas!

Saber cuáles son los distintos tipos de naves industriales y conocer todos los elementos que conforman a estos inmuebles es fundamental para mantener bien resguardadas nuestras mercancías, y para garantizar la seguridad de las personas y los procesos que se deben llevar a cabo dentro las mencionadas edificaciones. ¡Continúa leyendo y descubre cuál de estas construcciones es ideal para tu empresa!

Una nave industrial es una instalación de gran tamaño, de una sola planta y sin soportes estructurales intermedios. Su función principal es el almacenaje de productos o bienes pertenecientes a una empresa, así como el albergue de los distintos procesos relacionados con la misma, como fabricación, labores de oficina, entrada y salida de mercancías, entre otros.

Una nave industrial está construida con diversos materiales, principalmente cemento portland y acero, y con sus respectivos productos derivados, como el concreto, las láminas y los paneles, por mencionar solo algunos. Todos ellos conforman los diversos elementos de este tipo de inmueble, de los cuales te hablamos a continuación.

Se trata de elementos estructurales encargados de soportar el peso de toda la construcción. En este sentido, son un tipo de cimentación superficial, la cual puede emplearse en terrenos homogéneos y de resistencia a compresiones medias o altas. Se forman como prismas anchos de concreto y se ubican debajo de los pilares, mismos que se pueden elaborar a base de cemento y ciertos productos de acero corrugado.

Son sistemas constituidos a partir de la unión de varios perfiles de acero, mismos que, uniendo esfuerzos de compresión y tensión, forman entramados o armazones de distintos tipos, los cuales dan como resultado la estructura o esqueleto de las naves industriales, base para mantener y soportar sus muros y cubierta.

Se trata de elementos estructurales encargados del soporte de las armaduras. Dada su función, están hechas de acero, concreto o la combinación de ambos materiales, los cuales presentan también gran resistencia frente a impactos, sismos y vientos.

Como su nombre lo indica, se trata de elementos largos, los cuales se utilizan para la configuración y soporte del techo de las naves industriales, por lo que deben tener gran fortaleza y durabilidad. Se fabrican a partir de vigas y polines de acero, y sostienen elementos como la lámina de acero.

Son estructuras ligeras encargadas de proporcionar protección al espacio, bienes y personas que se encuentran dentro de estas edificaciones. Para su instalación, se suele emplear panel sándwich, también conocido como panel aislante, el cual se intercala con lámina traslúcida para permitir el paso de luz natural.

Dado que los claros de las naves industriales deben ser altos, los perfiles estructurales proporcionan la posibilidad de hacer techos con grandes luces, lo que transmite una sensación de amplitud y cierta libertad de movimiento durante los distintos procesos que se efectúan.

Las naves industriales tienen diferentes diseños, los cuales se vinculan directamente con las diversas actividades y necesidades de una empresa o industria específica. Sin embargo, también existen naves que se ofrecen para ser rentadas, por lo que presentan características preestablecidas, pero siempre respetando las normativas de seguridad y protección civil vigentes.

En el sentido anterior, existen tres tipos de naves industriales, los cuales se establecen a partir de diferentes aspectos, entre los que se encuentran los requerimientos particulares de las industrias, estándares de evaluación de calidad y la frecuencia con la que se usan. A continuación te hablamos de cada uno de ellos para que sepas cuál es el ideal para ti y tu empresa.

Son aquellas que tienen los estándares de evaluación más altos, los cuales son establecidos por la Asociación de Desarrollo Comercial Inmobiliario, también conocida como NAIOP, por sus siglas en inglés. Representan más del 50 % de este tipo de construcciones.

Están diseñadas para albergar compañías transnacionales con grandes volúmenes de manufactura, producción, cadenas de suministro y almacenamiento, por lo que se construyen sobre superficies mayores a los dos mil 500 metros cuadrados, lo que permite albergar a más de un usuario o empresa.

Cuentan con rampas niveladoras con una capacidad desde las 30 mil libras o 13.6 toneladas, con un mínimo de espacio de maniobra de 30 metros lineales. Contemplan estacionamientos por cada 4 mil metros cuadrados de almacén, y espacios por cada 40 metros cuadrados de oficina. Pueden ubicarse dentro de un parque industrial, el cual incluye sus propios servicios e infraestructura.

Sus estándares de calidad de construcción se encuentran por debajo de la clase A, y representan un 40 % del mercado industrial, de acuerdo con la NAIOP. Se levantan sobre áreas que parten de los mil 500 metros cuadrados, por lo que pueden albergar una o más empresas.

Estas naves suelen incluir compañías nacionales, con precios de salida cotizados generalmente en pesos mexicanos. Además, suelen establecerse en espacios industriales con ciertas limitaciones relacionadas con la infraestructura, principalmente en regiones del centro y el Bajío del país.

Las naves industriales clase B cuentan con rampas niveladoras cuya capacidad se encuentra desde las 25 mil libras u 11.3 toneladas y tienen un espacio de maniobra de 20 metros lineales. Su área de estacionamiento se establece cada 6 mil metros cuadrados de almacén, sumado a un espacio por cada 80 metros cuadrados de oficina.

No presentan estándares de construcción específicos, por lo que su configuración o diseño puede ser poco común con respecto al resto de los tipos de naves. El espacio con el que cuentan también puede incluir oficinas.

La superficie que abarcan va desde los 500 metros cuadrados, lo que es suficiente para albergar sólo una empresa. En contraste con los otros tipos de naves industriales, los edificios clase C se utilizan para realizar procesos de manufactura pesada, procedimientos contaminantes o de manufactura no especializada y almacenamiento de mercancías de valor medio o bajo.

Con frecuencia estas naves se encuentran en zonas industriales viejas o que no habían sido destinadas para este fin al principio. Son cada vez menos comunes dentro de los principales mercados industriales, sin embargo, tienen gran presencia en los de enfoque regional. Finalmente, no cuentan con rampas niveladoras y suelen tener un solo estacionamiento para toda la nave.

Para construir una nave industrial es necesario seguir un proceso y cumplir con ciertos requerimientos en cuanto a la actividad para la que será destinado el inmueble, sus dimensiones, dónde se levantará y los materiales que se emplearán para ello. No obstante, se pueden establecer ciertos pasos generales, mismos que te compartimos a continuación.

Se refiere al estudio de la naturaleza del suelo, lo que implica revisar si es adecuado para la construcción del inmueble. Si es así, se determina el tipo de cimentación que se llevará a cabo en ese terreno y, posteriormente, se procede con el acondicionamiento del mismo.

Involucra la configuración de zapatas u otros elementos para la construcción de una base sólida, misma que se encarga de transferir al terreno todo el peso de la estructura. Sobre dichos elementos se colocan estructuras rígidas de hormigón en masa u hormigón con varilla y alambre recocido, con una planta cuadrada o rectangular (en el caso de las zapatas), lo que proporciona gran dureza, solidez y estabilidad.

Se hace a partir de la unión de vigas de acero, materiales que presentan gran resistencia y que se colocan estratégicamente para formar el armazón o esqueleto de las naves industriales. Una vez que se concluye este paso, se tienen las condiciones necesarias para continuar con el cerramiento.

Se refiere al montaje de muros con sus respectivos espacios para puertas, ventanas, entre otros, mismo que se puede llevar a cabo al emplear diversos materiales, entre los que podemos mencionar paneles como el Multymuro y las diferentes presentaciones Metecno u otros productos como bloques de hormigón o láminas.

Es el paso final del proceso, el cual consiste en cerrar o techar la parte alta de la nave industrial para proteger por completo el inmueble. Para esto, se pueden ocupar diferentes productos o la combinación de los mismos. Entre ellos están la lámina galvanizada, la lámina pintro y la lámina zintro alum, con las cuales no sólo se pueden fabricar cubiertas rectas, sino curvas, como es el caso del Arcotecho.

Asimismo, se utilizan diferentes tipos de paneles, como el Galvatecho, el Multytecho y el Econotecho, los cuales presentan propiedades termoacústicas y notable resistencia. Estos materiales se suelen emplear junto a las láminas traslúcidas, mismas que son una excelente fuente de iluminación.

El precio de las naves industriales en México depende de diferentes factores, entre los que se encuentran dos principales: si será construida o rentada. Asimismo, se debe considerar el tipo de nave industrial, sus dimensiones, la calidad y el costo de los materiales de construcción, los gastos derivados de la mano de obra involucrada y los trámites necesarios para llevar a cabo el proyecto.

En cuanto a los materiales, lo mejor será optar siempre por los de mayor calidad, independientemente de la industria y tipo de edificio que se levantará, ya que esto repercutirá en un ahorro a largo plazo. En este sentido, recuerda que Aceros Crea cuenta con una amplia variedad de productos para la construcción de naves industriales como las que te hemos presentado en este artículo.

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